Cuando hablo de castigos en About Perros, usualmente me refiero a
castigos positivos. Los que prosiguen no son exactamente a los que me
refiero, pero en verdad son castigos, solo que negativos, libres de
crueldad y no afectan la relación con tu perro si los sabes utilizar.
Cuando yo utilizo estos castigos siempre son precedidos por la palabra
“Ah” de manera áspera.
Este “Ah”, tras ser utilizado en varias
ocasiones, sirve como castigador condicionado. Es decir, el
perro
aprende a asociar la palabra con la llegada del castigo. En muchos
casos, con esa sola palabra basta para que el perro desista. Limítate a
utilizar estos castigos, e incluso el castigador condicionado, en
momentos cuando sean necesarios, cuando el comportamiento del perro es
brusco, repetitivo o molesta. Tienen que ser breves e inmediatos. No te
apoyes en ellos o perderán su valor y el perro aprenderá a ignorarte. Si
tienes que usar un cronómetro para medir el tiempo, hazlo.
Darle la espalda al perro. Eso le comunica al perro que no obtendrá
tu atención. Tras darte la vuelta, esperas unos segundos y luego te
volteas de nuevo. El perro seguramente estará más tranquilo.
Salir de la habitación. Cuando el mal comportamiento del perro
escala o ya has intentado corregirlo en varias ocasiones o cuando hace
algo que te parece muy mal, sales de la habitación. Si tu perro no tiene
tu presencia no tiene acceso a muchas cosas anheladas. No debes tardar
más de unos minutos o tu partida no tendrá sentido.
Time out. Es un descanso que se le da al perro cuando hace algo
malo. Existe lo denominado exclusive time out: colocas al perro en un
sitio donde no tiene accesso visual a ti o a lo que quiere, como en una
habitación o baño. No es recomendable que apliques este tipo de castigo.
El inclusive time out, por otro lado, le permite al perro ver lo que
está pasando a su alrededor. Por ejemplo, yo antes llevaba un shih tzu
al trabajo que se ponía como loco cuando veía a una persona nueva. Se le
pegaba a la pierna y se negaba a despegarse.
Para evitar ser cruel, lo
colocaba en una habitación continua desde donde nos podía ver. Lo dejaba
allí por un minuto. Regresaba y ya estaba tranquilo. Yo lo felicitaba
por el cambio de comportamiento y lo dejaba salir, esta vez listo para
ser parte de la civilización humana, todo un ejemplo canino.
Este
castigo fue efectivo porque lo utilice en el momento del comportamiento y
fue breve. Tampoco me apoyé en el castigo. Solo lo tuve que utilizar en
dos ocasiones distintas para que no volviera a suceder. Por otro lado,
meter a un perro en una jaula no es una opción, ya que esta siempre debe tener asociaciones positivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario