miércoles, 25 de septiembre de 2013

Castigos aceptables para tu mascota y como aplicarlos

Cuando hablo de castigos en About Perros, usualmente me refiero a castigos positivos. Los que prosiguen no son exactamente a los que me refiero, pero en verdad son castigos, solo que negativos, libres de crueldad y no afectan la relación con tu perro si los sabes utilizar. Cuando yo utilizo estos castigos siempre son precedidos por la palabra “Ah” de manera áspera. 

Este “Ah”, tras ser utilizado en varias ocasiones, sirve como castigador condicionado. Es decir, el
perro aprende a asociar la palabra con la llegada del castigo. En muchos casos, con esa sola palabra basta para que el perro desista. Limítate a utilizar estos castigos, e incluso el castigador condicionado, en momentos cuando sean necesarios, cuando el comportamiento del perro es brusco, repetitivo o molesta. Tienen que ser breves e inmediatos. No te apoyes en ellos o perderán su valor y el perro aprenderá a ignorarte. Si tienes que usar un cronómetro para medir el tiempo, hazlo.
 

Darle la espalda al perro. Eso le comunica al perro que no obtendrá tu atención. Tras darte la vuelta, esperas unos segundos y luego te volteas de nuevo. El perro seguramente estará más tranquilo.
Salir de la habitación. Cuando el mal comportamiento del perro escala o ya has intentado corregirlo en varias ocasiones o cuando hace algo que te parece muy mal, sales de la habitación. Si tu perro no tiene tu presencia no tiene acceso a muchas cosas anheladas. No debes tardar más de unos minutos o tu partida no tendrá sentido.
 

Time out. Es un descanso que se le da al perro cuando hace algo malo. Existe lo denominado exclusive time out: colocas al perro en un sitio donde no tiene accesso visual a ti o a lo que quiere, como en una habitación o baño. No es recomendable que apliques este tipo de castigo. El inclusive time out, por otro lado, le permite al perro ver lo que está pasando a su alrededor. Por ejemplo, yo antes llevaba un shih tzu al trabajo que se ponía como loco cuando veía a una persona nueva. Se le pegaba a la pierna y se negaba a despegarse. 

Para evitar ser cruel, lo colocaba en una habitación continua desde donde nos podía ver. Lo dejaba allí por un minuto. Regresaba y ya estaba tranquilo. Yo lo felicitaba por el cambio de comportamiento y lo dejaba salir, esta vez listo para ser parte de la civilización humana, todo un ejemplo canino. 
Este castigo fue efectivo porque lo utilice en el momento del comportamiento y fue breve. Tampoco me apoyé en el castigo. Solo lo tuve que utilizar en dos ocasiones distintas para que no volviera a suceder. Por otro lado, meter a un perro en una jaula no es una opción, ya que esta siempre debe tener asociaciones positivas.

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