Cada vez más se entiende que los animales domésticos son una
responsabilidad, no un juguete y que por tanto tenemos la obligación de
cuidar con la debida diligencia. El abandono pues se puede considerar
como un maltrato si consideramos que en la calle, rutas, terrenos
baldíos y/o encerrados, los animales no pueden proveerse por sí mismos
de comida, agua, abrigo y protección de su salud. Abandonados, sin
asistencia alguna, los animales están expuestos a toda especie de
agresión y violencia, como envenenamientos, golpes y muerte.
La relación humano-animal es milenaria, y son los perros quienes han
brindado al hombre innumerables e invaluables beneficios físicos y
psicológicos; sin embargo, lejos de retribuirles de la misma forma, se
les ha tratado como objetos de consumo, los cuales suelen convertirse
(la mayoría de las veces) en una moda o molestia, que bajo
circunstancias como falta de capacidad económica, cambios de residencia,
aparición de alergias, compra compulsiva o incompatibilidad, se pueden
adquirir y desechar a placer, olvidando que se trata de un ser vivo y
que muchas de estas situaciones son relativamente sencillas de
solucionar.
Esta situación atiende principalmente al antropocentrismo con en que
hemos manejado la relación con la naturaleza en general, mismo que
ocasiona que veamos a los individuos de otras especies como recursos de
explotación sin tomar en cuenta su bienestar, sus necesidades y su
derecho a la vida.
El abandono a nivel mundial es realmente alarmante, determinar las
cifras con exactitud resulta imposible, sin embargo la Organización
Mundial de Sanidad Animal (OIE) estima que existen aproximadamente más
de 400 millones de perros callejeros, para lo cual está trabajando
nuevos lineamientos de control poblacional y salubridad.
La mayoría de los animales abandonados en España son recogidos por
protectoras de animales o ayuntamientos. Entre estos animales el
abandono se produce más entre perros (76%) y gatos (24%) en mayor medida que otros tipos de animales.
Se puede decir que el destino de los perros acogidos por estas
entidades, en mayor proporción, son adoptados o devueltos a sus
propietarios, en menor medida son eutanasiados.
Por otro lado el destino de los gatos en menos medida son adaptados o
devueltos de propietarios y en un mayor porcentaje son eutanasiados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario