1. Llevar al perro al veterinario
Lo primero a descartar es que la conducta
agresiva del perro se deba a una causa orgánica tal
como alguna
enfermedad (patologías encefálicas, epilepsia, disfunción hormonal etc.)
o sea consecuencia del dolor (dolor agudo o crónico, etc.). Para eso lo
primero es llevar el animal al veterinario ya que una buena cantidad de
consultas por agresión (alrededor del 15 al 20 % de los casos) terminan
cuando los animales son tratados por algún problema articular o una
espina clavada en el cojinete.
2. Establecer el tipo de agresividad
Descartado la primera posibilidad
debemos profundizar en el comportamiento del perro hasta determinar a
que tipo de agresividad nos enfrentamos. En efecto, existen varios tipos
de violencia canina y cada uno de ellas requiere un tratamiento
diferente.
Ya que no existe un remedio
universal sino que cada tipo de agresividad deberá ser tratado de formas
diferentes. Normalmente deberemos recurrir a un profesional
especializado para diagnosticarla de forma adecuada, ya que la
agresividad es un comportamiento sumamente complejo que puede responder a
muchas causas distintas.
Según la AVSAB (American Veterinary Society of Animal Behavior) existen alrededor de 20 tipos diferentes de agresividad canina pero aquí solo pasaremos a describir los tipos más frecuentes.
Pero antes de pasar a esta fase
debemos entrar un poquito en la psicología canina y establecer donde
encaja la agresividad en el comportamiento de lo perros.
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