sábado, 21 de septiembre de 2013

Bullmastiff


Características:


  • Altura a la cruz: Masculino: 64–68 cm, Femenino: 61–66 cm
  • Peso: Masculino: 50–59 kg, Femenino: 45–54 kg
  • Carácter:Guardián inteligente, discreto, eficaz, casero
  • Aptitudes: Perro guardian, defensa
  • Relación con los niños: muy buena
  • Relación con otros perros: rebelde con su mismo sexo
  • Necesidad del espacio: se adapta a la vivienda
  • Capa: color avellana, castaño, castaño oscuro o negro, nunca amarillos ni ámbar
  • Esperanza de vida: De 8 a 10 años
  • Alimentación: 450 a 500 de alimento seco

 
 El bullmastiff es una raza británica de perro que, según se cree, procede del cruce entre el mastín inglés y bulldogs.  La raza tiene su origen oficial en Gran Bretaña a fines del siglo XIX y el primer estándar (descripción del conjunto de características raciales) data de 1924, fecha en el que fue aprobado por el Kennel Club británico. Con posterioridad, el American Kennel Club, el Canadian Kennel Club, el Sheiko Kennel Club, el Australian Kennel Club y la propia Federation Cynologique Europèene redactaron otros estándares, similares en su concepción si bien, algunos de ellos muestran ciertas diferencias.

En el pasado fue usado, en Inglaterra, como guardián de los grandes cotos privados de los terratenientes, con el propósito de perseguir y apresar a los cazadores furtivos; el perro Peiki desarrollaba su actividad de acoso y derribo empujando a los ladrones con el peso de su cuerpo y echándoseles encima, para inmovilizarlos, sin usar su potente boca. La razón para que el ataque de este perro se materializara en el uso de la fuerza corporal pero no en la mordida venía dado por las Leyes Forestales que imperan desde el siglo XII en Inglaterra.



Así, poco a poco, tamizado el carácter antes fiero y agresivo del perro de toro, el

Guardabosques sentó los principios de lo que hoy es un animal eminentemente familiar, que adora a los niños y que se adapta perfectamente a todo tipo de ambientes (ciudad o campo), pero que para dar lo mejor de sí mismo necesita, siempre, sentirse parte de la familia y no ser relegado al mero rol de perro de guarda. Sólo así desarrollará completamente su excepcional instinto de protección hacia los suyos.
 

El Bullmastiff es un perro muy potente y seguro de sí mismo, dos características que le vienen transmitidas generación tras generación, y como tal hará poco alarde de su poderío físico (¿para qué?), evitando al máximo la confrontación con terceros. Pero es además un guardián inteligente, discreto, eficaz y con enorme capacidad de discriminación; poco ladrador, sumamente casero, que se adapta fenomenalmente bien a la vida en piso y en ciudad y que tiene especial predilección por el orden en todas las cosas. Sabe medir perfectamente su fuerza y nunca ataca, a priori, para hacer sangre.


Cuando hablamos de Bullmastiffs hablamos de perros de gran tamaño y volumen, que vienen a pesar, de adultos, unos 60 kilos en el caso de los machos y unos 45 kilos las hembras.
No obstante, lo que más llama la atención es su extraordinaria cabeza, compacta, cuadrada, enorme, adornada por un ancho y también cuadrado morro negro y que se apoya en un cuello potente, que a su vez se asienta sobre un pecho ancho e igualmente potente. Todo ello nos habla de la extraordinaria fuerza de este animal.
 


 Pero el Bullmastiff es, además, un animal dotado de un cuerpo de aspecto relativamente cuadrado, asimismo muy compacto y unas patas anteriores fornidas, potentes, paralelas entre sí y otras, las posteriores, de fuerte pierna y angulaciones moderadas que terminan con unos pies fuertes y redondos (pie de gato). La cola es relativamente larga pues alcanza el corvejón, muy ancha en su base aunque luego se estrecha algo hacia la punta; una cola que le sirve de timón para controlar los movimientos y el empuje de todo el cuerpo cuando se ve en la necesidad de apoyarse sobre el cuarto posterior y abalanzarse sobre su enemigo, para derribarlo e inmovilizarlo.



El Bullmastiff se adapta perfectamente a la vida en piso y en ciudad; no es excesivamente activo, aunque agradece los paseos a buen ritmo, siempre que durante la etapa de crecimiento el ejercicio sea muy controlado para evitar problemas musculo-esqueléticos. Tiene cierta tendencia a la obesidad. No desprende olor corporal y su higiene es sencilla; bastará cepillarlo dos o tres veces a la semana con guate de goma; los baños se desaconsejan pues alteran gravemente el pH de la piel y pueden producir dermatitis.

El Bullmastiff es propenso a la torsión de estómago (a una edad avanzada) y a la displasia de cadera.

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