Todos quieren un perro que se porte bien. Pero el comportamiento de un perro empieza con el dueño,
por lo tanto la forma como reacciones ante el buen o mal comportamiento
de tu perro determinará que continúe o no haciéndolo. Cuando el
comportamiento no es agresivo,
la solución radica en ignorar el comportamiento negativo y reforzar el positivo. Por ejemplo, si le das la espalda a tu perro porque se portó mal, seguramente se tranquilizará dentro de unos minutos como máximo. Prémialo tan pronto como lo haga. Juega con él y acarícialo.
Lo que sigue son algunos de los problemas de comportamiento más comunes y qué hacer para que dejen de ocurrir de manera positiva y sin castigos. Si sigues estos consejos, tu perro aprenderá que cuando se porta bien se gana un premio (atención, juegos, caricias y hasta una delicia) y cuando no lo hace, no logra nada.
la solución radica en ignorar el comportamiento negativo y reforzar el positivo. Por ejemplo, si le das la espalda a tu perro porque se portó mal, seguramente se tranquilizará dentro de unos minutos como máximo. Prémialo tan pronto como lo haga. Juega con él y acarícialo.
Lo que sigue son algunos de los problemas de comportamiento más comunes y qué hacer para que dejen de ocurrir de manera positiva y sin castigos. Si sigues estos consejos, tu perro aprenderá que cuando se porta bien se gana un premio (atención, juegos, caricias y hasta una delicia) y cuando no lo hace, no logra nada.
Si
tu perro te ladra o se echa hacia ti cuando quiere comer, salir o que
le des algo, está exhibiendo comportamiento exigente. Lo que suele
suceder es que el perro quiere algo, el dueño sabe que quiere algo y se
lo da. Como el perro sabe que este comportamiento funciona, sigue
haciendo lo mismo. Si tu perro se comporta así, ignóralo del todo. Tan
pronto como el comportamiento cese, usa tu marcador (“¡Bien!”) y
acarícialo.
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