Esta labor de limpieza nos será más cómoda si le acostumbramos desde cachorro. Es recomendable aprovechar una visita al veterinario para preguntarle como proceder a la limpieza de las orejas de nuestro perro.
Aquí os damos unos consejos de como hacerlo en casa. Nuestra misión será eliminar el exceso de cerumen para evitar la formación de tapones y la proliferación de bacterias. Para ello utilizaremos una gasa (nunca un bastoncillo de las orejas) una solución específica para la limpieza de orejas recomendada por el veterinario. Muchos expertos apuestan por realizar esta tarea con agua oxigenada o con combinaciones de partes iguales de vinagre y alcohol para masajes. Lo más aconsejable es usar un producto específico para limpiar y secar el exceso de humedad en el canal auditivo. Ante cualquier duda la persona más indicada para aclararla será el veterinario.
No debemos arriesgarnos ya que un exceso de líquido en el oído puede provocarle una infección. Por eso cuando le bañemos intentaremos evitar al máximo que entre agua en sus oídos. Esta se puede estancar, con mucha falicidad debido a que su conducto auditivo tiene forma de L.
Hay que tener especial cuidado si nuestro perro es de una raza con orejas colgantes ya que no se ventilan, por lo que se convierten en un lugar fácil para las infecciones y para los parásitos. Si tiene bastante pelo en el conducto auditivo tenemos que tener cuidado ya que esto favorece la retención de cerumen y puede provocar una infección. En este caso intentaremos cortar el pelo de la entrada del conducto.
Si nuestro perro mueve la cabeza con bruquedad, intenta poner su pata en el conducto, tiene la oreja roja, se queja o la olor de sus oídos cambia debemos acudir al veterinario, porque puede incluso sufrir otitis crónica.
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